ESCÁNDALO QUE OBLIGA A REFLEXIONAR SOBRE LA FUERZA ARMADA MILIAR


Síguenos y comparte nuestras noticias

Los legisladores federales no supieron defender la dignidad de las instituciones civiles. La milicia tiene otra misión.

Miércoles 12 de octubre de 2022.

Muy claro quedó con este guacamayazo que las instituciones militares tienen como finalidad registrar todos los acontecimientos que giran alrededor de las instituciones nacionales y vigilar todos los movimientos de grupos sociales y políticos que pueden representar un riesgo para las instituciones del gobierno.

Es esa estructura organizada la que tiene toda la información de los grupos de poder fáctico, como operan, quienes los dirigen y sus vínculos con políticos y titulares de las áreas de seguridad pública y procuración de justicia.

No es un secreto toda esa información que se filtró con esa estocada que sufrió el ejército. Lo que se hizo fue confirmar lo que por muchos años se ha venido señalando de la labor que realizan los grupos de inteligencia con los que opera la fuerza militar.

Deja en claro que al interior de las fuerzas armadas trafican con armas de fuego y explosivos sin importar características o calibres. Lo cierto es que llegan a manos de criminales que son las que utilizan para asesinar a ciudadanos o a sus contras.

La seguridad pública no es mas que una pantalla que por la fuerza le han querido poner al soldado para dotarlo de una imagen que está muy lejos de tener. No quiero decir que sea un elemento negativo, lo que se deja en claro es que sus finalidades son las que ahora está en boca de todos. Una institución dedicada a tener toda la información que permita poder operar en defensa de las instituciones nacionales.

Lo cierto es que esas atribuciones han ido más allá de lo que debe ser permitido. Deberá castigarse todo ese exceso que se ha conocido porque por un lado el gobierno federal anda presentando denuncias en el extranjero para evitar el tráfico de armas a México y por otro, aquí, los propios militares, comercializando con las armas propiedad de la nación.

El soldado no tiene como prioridad perseguir delincuentes o velar por la seguridad ciudadana, para eso están las instituciones civiles dedicadas a esos fines. Hay malestar en las fuerzas armadas hacer labores de seguridad pública, porque no se formaron para ser policías, son los gendarmes de la nación.

Los legisladores, se han dedicado a hacer el ridículo, y traicionando sus funciones, reformando la constitución federal para que el soldado, por la fuerza, realice funciones que no quiere hacer. Se resisten a reencausar la estrategia en seguridad que obligue a los estados y municipios que hagan lo que les toca para recuperar y dignificar la función policial.

Los legisladores, muchos de ellos, adoptaron la postura más favorable para su seguridad personal, sus temores a ser investigados y posiblemente encarcelados fueron más fuertes que exigir la salida del soldado de las calles en donde no ha debido ser utilizado.

El Presidente se ha entregado, puede ser que por los muchos años que no ha trabajado, tiene registros que lo pueden comprometer. La guacamaya, quizá lo cubra con sus alas, todavía no habla de esos pecados que pudo cometer en su paso por el gobierno del distrito federal, por el PRD y por Morena.

Lo de la enfermedad es lo de menos, lo cierto es que el poder que le ha depositado al soldado es muy comprometedor para el País y para la democracia mexicana. Esta reforma que amplía la permanencia del soldado en la calle es peligrosa y obliga a la reflexión. Los congresos locales tienen en su poder rechazar esa ampliación.

Que se pronuncien por una policía civil, confiable y profesional. Que el soldado se reincorpore a la misión que se le ha depositado, sin importar que vengan más guacamayazos, porque no podemos negar esa misión histórica a la fuerza armada militar.

¿Usted qué opina?


Síguenos y comparte nuestras noticias
Anterior Morena presenta iniciativa para dar concesiones de aerolíneas a Sedena y Semar
Siguiente Llama el CIDOCS de la UAS, a cuidar la visión a través de revisiones periódicas