GONZALO M. ARMIENTA CALDERÓN. SINALOENSE Y VIRTUOSO JURISCONSULTO


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Gonzalo M. Armienta Calderón, nacido en las Tapias, Municipio de Culiacán, un estandarte en la vida jurídica nacional.

Viernes 23 de septiembre de 2022.

Se formó como Abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Sinaloa, haciendo sus estudios de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

El servicio público se vio dignificado por su paso laboral como agente del ministerio público y juez de primera instancia del ramo civil en Culiacán.

Vivió experiencias en el desempeño profesional como Abogado consultor en el Ayuntamiento de Culiacán y también como Notario Público. Su honestidad y profesionalismo quedó apuntalado en un reconocimiento social hasta su muerte.

La calidad mostrada en el conocimiento y el manejo de la ciencia del derecho hizo que Enrique Pérez Arce Gobernador del Estado lo invitara a la Procuraduría General de Justicia, en la que no pudo ser titular porque su edad no lo permitía, pero sus conocimientos fueron inteligentemente aprovechados al nombrarlo Subprocurador General en funciones de Procurador.

El Gobierno del Estado no estaba dispuesto dejar fuera a un hombre de la talla de Armienta Calderón, por lo que el General Gabriel Leyva Velázquez lo propuso y se desempeñó como Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa, un espacio judicial en el que sus sentencias dejaron precedentes indiscutibles.

 

Su sólida carrera dentro de la administración pública estatal hizo que más allá de las fronteras sinaloenses se fijaran en un hombre que ya enseñaba con sabiduría las habilidades para aplicar e interpretar la ciencia del derecho.

La Universidad Nacional Autónoma de México, fue una tribuna académica en la que como catedrático de la Facultad de Derecho y en la División de Posgrado, sus fecundas tesis lo convirtieron en un reconocido procesalista y fiscalista de talla internacional, cuyo legado jurídico heredó a los jóvenes estudiosos de México.

Su prestigio en los círculos de estudios del derecho, permitieron que presidiera desde muy joven como Magistrado Presidente del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa y poco después subsecretario de la reforma agraria.

Su figura como jurista, lo hizo Presidente del Instituto Mexicano de Derecho Procesal y Presidente de la Academia de Derecho Fiscal, pero esa calidad jurídica no solo le fue reconocida en México, sus ideas progresistas rebasaron las fronteras nacionales por lo que fue reconocido como miembro distinguido y Vicepresidente del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal.

 

Se desempeñó como Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y en su paso por esta Casa Rosalina, fundó Radio- UAS. Su vida activa y prolífica en el impulso del conocimiento del derecho y de la educación, lo llevó a fundar y fungir como Rector Honorario de la Escuela Libre de Derecho de Sinaloa, pero su agudeza le permitió aportar ideas valiosas para la creación de la Universidad de Occidente y del Colegio de Bachilleres de Sinaloa.

Mucho podemos decir del hombre sencillo, de plática amena, del jurista que le tocó formar a muchísimas generaciones de Abogados, y a los que tuvimos el privilegio de estar cerca abrevando de sus sabios consejos y del conocimiento que nos dejó.

Fue un convencido de que un estado y un gobierno sin memoria, no lo conocería su pueblo. Instruyó para que el Archivo General del Estado, tuviera vida y que dentro de sus estructuras se almacenara la historia general de Sinaloa.

Su afán de dejar un archivo completo y una fuente de donde emanara el conocimiento de la evolución de la sociedad y del gobierno de Sinaloa, le valió ser reconocido y en memoria a su legado, la sociedad de Sinaloa, lo homenajeó imponiendo en el recinto oficial que ahora ocupa del Archivo General del Estado, un busto que recordara al hombre, al jurista, al sinaloense ejemplar que dejó entre sus recuerdos la memoria de Sinaloa.

 

Hoy, tristemente encontramos que ese busto del sinaloense que hizo brillar las normas del derecho y cuyo resplandor ahora nos ilustra, ha sido mancillado quitándolo del pedestal donde debe permanecer.

¿Quién sería el autor de tan miserable determinación? ¿Sabrá el Gobernador Rubén Rocha Moya, del sacrilegio cometido? ¿Se investigará para encontrar al insensato que ofendió al hombre que con su investidura de jurista honró las instituciones de Sinaloa y de México?

Señor Gobernador, seguros estamos que su sensibilidad al frente de las instituciones del Gobierno, sancionará ese agravio y ordenará reponer el busto del Dr. Gonzalo M. Armienta Calderón, en el pedestal donde debe permanecer.

¿Usted qué opina?

 


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