Una realidad que se ha querido ocultar. La estadística delictiva revela datos de una estrategia fallida en materia de seguridad y procuración de justicia. Los delitos se incrementan y el gobierno se molesta porque lo delatan.
Martes 14 de marzo de 2023.
Desmienten a Jenny del Rincón, el premiado Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública. El Gobernador del Estado dice tener otros datos que favorecen al gobierno porque manifiesta menos delitos y que se respira una mejor percepción en la seguridad ciudadana.
El Secretario Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública se atrevió a afirmar que los delitos de violencia familiar, desaparición forzada de personas y el homicidio han crecido en este dos mil veintitrés. Habrá que darle crédito porque es la instancia gubernamental que tiene a su cargo el registro estatal de información delictiva y no la Fiscalía Estatal.
No tiene porqué molestarse el Ejecutivo Estatal cuando desmiente al responsable de llevar el registro delictivo en Sinaloa. La estadística delictiva no es un buró de conveniencias, porque, aunque no guste la sociedad debe estar informada de manera objetiva y puntual aunque lo que se diga ponga contra la pared la seguridad ciudadana.
Por norma no es la Fiscalía sino el Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública la entidad pública que tiene a su control esa información. Ante el malestar reflejado por el Gobernador lo conveniente ería que el Secretario Ejecutivo presente su renuncie porque maquillar la estadística delictiva a conveniencia como siempre se hace por interés político, en nada se le abona a la tranquilidad estatal.
Lo delitos que el Gobernador desmiente que hayan ocurrido en el Estado en el número delatado, la sociedad es consciente que se encuentra en el terrible dilema de que en cualquier momento puede ser afectada por la acción delincuencial. Sin embargo, no es momento para que se den ese tipo de diferencias, lo que debería hacerse en admitir que se está fallando en el combate al delito y que deberá haber un replanteamiento de la estrategia de seguridad porque los indicadores delictivos inspiran temor y favorecen al delito.
Esa diferencia a la vista de todos solo confirma que mientras se sigan nombrando a los titulares de las áreas de seguridad y justicia, a modo, ninguna estrategia ofensiva contra el delito habrá de funcionar.
La propia Secretaria de las Mujeres ha dicho que la violencia de género y de familia se incrementa, y que se hacen esfuerzos por el gobierno del que forma parte, para tener centros de atención a mujeres víctimas de la violencia familiar y que el feminicidio es una realidad horrorosa que se padece y que se incrementa en el Estado.
Es natural que el Gobernador se impaciente ante los nulos resultados en prevenir el delito y mucho más malestar le debe ocasionar porque no se atrapan a los delincuentes. La sociedad está temerosa porque ni en su casa se puede estar seguro.
Los delincuentes derriban puertas, allanan domicilios y privan de su libertad a las personas o lo hacen en levantones en la calle ante una autoridad inerme a las atrocidades que se cometen ¿Si la información es falsa, no habría razón de incrementarse el número de grupos de civiles en la búsqueda de familiares desaparecidos ante una autoridad incapaz e ineficiente de evitar que esos hechos se produzcan?
¿Se atreverá Jenny del Rincón a sostener su dicho ante un Gobernador irritado por sus datos? Lo cierto es que el delito crece y la percepción de inseguridad es un hecho inocultable en Sinaloa. Una situación grave que prefieren ocultar y enfrascarse en un conflicto irracional contra la Universidad Autónoma de Sinaloa.
¿Usted qué opina?
