La gran derrota que sufren las fuerzas armadas en el combate a la inseguridad impone reconsiderar su regreso inmediato a los cuarteles.
Jueves, 23 de junio de 2022.
La degradación militar es cada vez más vergonzosa la orden de no violentar las organizaciones criminales es un ultraje a la constitucionalidad de nuestras fuerzas armadas. Abrazos y no balazos, es corrupción y es alentar la criminalidad.
La sociedad civil organizada está sin reaccionar. El País convulsionado. Asesinan y no hay coraje que exija que el Estado intervenga con mayor energía. La seguridad general de la población está en constante peligro y los criminales actuando impunemente.
Asesinan salvajemente a dos sacerdotes y tampoco la iglesia reacciona con energía. Lamentan los hechos, pero no se atreven a cuestionar fuertemente la pasividad gubernamental en el combate a la criminalidad.
Las fuerzas armadas están molestas, diezmadas, pero tampoco se oponen a la política de darle buen trato al delincuente. El enemigo de la sociedad, aunque sea una persona debe ser tratada como criminal y que sus derechos los invoque o los defienda desde la cárcel.
Habrá que escuchar esas voces ciudadanas que, aunque no se quiera, esa forma de tratar al delincuente impone voltear a la esfera gubernamental para interrogarnos si hay complicidad con las organizaciones criminales para dejarlas actuar impunemente.
Que las fuerzas armadas regresen a sus cuarteles. No más degradación a su investidura militar. Tienen reuniones a puerta cerrada con los mandos políticos en el País iniciando con el Presidente y los Gobernadores en los Estados. Que en esa mesa de dialogo se defina su regreso y dejen de jugar al policía porque no lo son.
Que el Congreso se pronuncie y deje sin efectos la reforma constitucional que burdamente aprobaron para respaldar la legalidad militar en asuntos de seguridad pública. Reforma que avergüenza al País, al desplazar la competencia de la autoridad civil para combatir las conductas antisociales en cualquiera de sus manifestaciones.
Ya basta que el delincuente maltrate a soldados y policías, asesine impunemente y que no tenga castigo para los delitos que comete. No se trata de violentar los derechos de nadie. Lo cierto es que quien delinque que se le detenga y se le castigue.
Que al llegar a los juzgados de control los ponen en libertad, entonces preocúpense de hacer las cosas bien. Actuar con energía es respetar los derechos de todos. Es aplicar la ley respetando los límites que impone.
La gran estrategia nacional es recuperar los estados de fuerza de la policía civil, profesionalizarla, dignificarla y reconocerles la gran utilidad que su trabajo aporta a la nación y a la sociedad en general.
Déjense de reuniones todos los días por las mañanas porque en este caso por más que madrugan no los ayudará dios, porque sin duda el café que toman estará caliente y muy sabroso pero el delincuente se ríe de ustedes en la calle.
Soldado a lo tuyo, no permitas que te utilicen en actividades que no son tuyas, tu está formado para servir a la patria y defender nuestra soberanía e instituciones, no estás hecho para labores de policía porque no te formaron para eso, hagan respetar su uniforme y tu misión constitucional. ¿Usted qué Opina?