NI AMOR REANUDADO NI CHOCOLATE RECALENTADO
Por: Roberto Montoya Martínez
Viernes 3 de marzo de 2023.
Tal parece que febrero se convirtió en el mes del rencor y la enemistad, pues mucha gente ha ido al registro civil, pero a anular el acta de matrimonio.
Andrea Legarreta y Erik rubín dieron el mal ejemplo, pues una de sus colegas recién anunció que ella y su esposo tomaron caminos diferentes, o que es lo mismo: Se acabó lo que se daba.
Acompáñenme a conocer esta historia tan triste que mata de risa.
Tania Rincón, que ya va para tres años al servicio de Televisa, siguió el ejemplo de su partner la Legarreta, haciendo público el fin de su matrimonio con el padre de sus hijos, Daniel Pérez, con quien compartió 16 años de su vida. 11 de casados y 5 de noviazgo.
La comunicadora michoacana lloraba de impotencia al dar cuenta y razón de su amarga decisión, donde hubo frustración, coraje, rabia, amargura, hasta tomaron terapia. Obviamente que lo último no funcionó. El señor Pérez dejó el lecho conyugal en enero pasado.
Hasta eso, que la señora Rincón supo disimular bien su tristeza. Nunca faltan los anarquistas de la red y los de la revista de los martes, que tratan de empañar un proceso que terminó pacíficamente.
La gente ociosa y perversa y la prensa amarillista, dicen y aseguran, que quien provocó esta separación es el señor Julián Gil, compañero de trabajo de la michoacana.
Ambos conducen el programa REPÚBLICA DEPORTIVA, que durante su estancia en Qatar, los comunicadores hicieron diversos reportajes de color. La gente mal intencionada y desalmada, con toda la mala fe, les achacan que los conductores estaban disfrutando de lo lindo, dándole vuelo a la hilacha en el emirato.
Si eso sucedió en verdad o no, no nos debe importar. Las maledicencias siempre van a existir. No pueden ver a nadie feliz porque les causa escozor. Lo dicho, si la envidia fuera tiña…..
Ni amor reanudado, ni chocolate recalentado. Es la primera vez que vemos a una Tania Rincón descompuesta, deshecha y desconsolada.
Ella no volverá a tocar el tema, solicitando a la gente con todo respeto, que la dejen vivir su proceso en santa paz, que no le cuelguen milagritos ni inventen mentiras.
Ahora resulta que nadie puede divorciarse pacíficamente, porque eso no genera ventas para los medios amarillistas. A esos periodistas castrosos va el siguiente mensaje: Este molino ya no muele, váyanse a moler a su metate.