El gobierno perdió toda capacidad, habilidad, inteligencia e imaginación para diseñar una estrategia que destierre el delito en todas sus manifestaciones.
MAYO 15 DE 2024
El este espacio de opinión se ha destacado que las policías andan dispersas, pero no solo eso sino también disminuidas en número de elementos. La posibilidad de éxito en la prevención todavía queda muy lejos con un riesgo inevitable para el ciudadano.
Siguen al alza los hechos criminales que identifican a Sinaloa como un estado inseguro, un riesgo constante para la seguridad ciudadana. Los homicidios, los feminicidios, el robo de vehículos, la desaparición forzada de personas, por decir algunos, continúan sin que el gobierno detenga esos hechos.
La sociedad atemorizada, pero obligada a desarrollar sus actividades comunes porque lo debe hacer sabiendo que su seguridad personal está en peligro. Para el gobierno, parece que la seguridad ciudadana no es una prioridad. Las instituciones policiales sin dirección, sin coordinación y sin capacidad para reaccionar ante el delito.
El delincuente opera con total impunidad, lleva a cabo sus fechorías porque sabe bien que no lo detendrán. El delito se comete y el criminal campantemente se escabulle de la autoridad. No es castigado.
La institución investigadora o sea la Fiscalía estatal, duerme el sueño de las fantasías. No reconoce que la impunidad baña de sangre a muchas familias sinaloenses. Los delincuentes parece que son protegidos y no perseguidos por los delitos que cometen.
Tienen a mandos policiales a modo y a una Fiscal que no hace nada para resolver los crímenes que se cometen en su jurisdicción. Solo se registran y abultan la estadística delictiva y pomposamente los utilizan en el discurso gubernamental presumiendo que los delitos están disminuyendo. Un hazmerreir que avergüenza a los sinaloenses.
Parece que la estrategia de titulares en las áreas de seguridad fueron intencionalmente seleccionados para exhibirlos como muñecos de adorno pero no para que fueran garantía de enfrentar la inseguridad y al delincuente y desterrarlos de Sinaloa. Ha sido todo un fracaso.
Ese ramillete de instituciones de seguridad que no resuelven nada, se les suma una Universidad de la Policía que urge la revisen para que responda por qué no forma y capacita policías y que ha pasado con la profesionalización de los operadores del sistema de justicia penal en el que todavía se advierten graves inconsistencias en sus actuaciones que ha obligado la liberación de delincuentes por los tribunales ante evidentes deficiencias técnicas en las formalidades procesales ¿Hasta cuándo se decidirá el gobierno a resolver esa terrible complicidad con los delincuentes para desterrarlos y castigarlos?
Sin embargo, la cortina de humo se hace más evidente frente a esa complicidad con los maleantes. Ellos seguirán delinquiendo a pesar nuestro, porque como sociedad, hemos contribuido y lo seguimos haciendo, para que esos males se arraiguen con nuestro silencio.
El gobierno prefirió peligrosamente entablar un conflicto que lo desgasta y que tampoco ganará.
Pelease con la Universidad Autónoma de Sinaloa fue empinarse una olla de aceite hirviendo porque enfrentará una comunidad universitaria firme, puesta y decidida a defender su Institución y su autonomía universitaria. El gobierno jamás la verá arrodillada.
Se acerca el 02 de junio. Salgamos todos a votar. Razonemos el voto. Apostémosle a un Estado seguro, a un Sinaloa en orden y en paz. Que la educación sea la bandera de lucha para desterrar desigualdades y la inseguridad. Votemos por el destierro de un gobierno autoritario y arbitrario. Por un Sinaloa, seguro, libre y democrático.
La UAS no se toca, la autonomía universitaria se respeta.
¿Usted qué opina?
