SINDICATOS. OBLIGADOS AL CAMBIO


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El tratado comercial celebrado por México con los Estados Unidos y Canadá impone cambios sustanciales en el comportamiento sindical mexicano.


Miércoles 30 de junio de 2021.

Tradicionalmente los sindicatos actuaban sin que hubiese necesidad que intervinieran los trabajadores ejerciendo las dirigencias una representación arbitraria y lesiva a los derechos de los trabajadores.

Constituido legalmente el sindicato, el encanto de sus promotores desaparecía una vez logrado su objetivo. Celebraban y revisaban el contrato colectivo de trabajo sin consulta previa de la base trabajadora. Un gran número de contratos colectivos fueron celebraron con los mínimos legales a cambio de jugosas ganancias a sus dirigentes. La época de jauja que enriqueció a muchos.

Muchos años tuvieron que transcurrir para que los cambios en el accionar sindical se revisaran y se modificaran. En 2012 se da el salto que se requería y se incorporaran nuevas reglas en el quehacer sindical. Dar vigencia a los principios de “transparencia y democracia sindical”. El inconveniente es que en México los gobiernos se encuentran
involucrados en evidentes compromisos políticos que los mantienen atados y sin poder avanzar.

Los compromisos políticos, gobierno-sindicatos- permite todavía que las dirigencias sindicales continúen operando sin ningún pudor.

La reforma laboral no llena a plenitud el vacío que propician esos intereses difíciles de erradicar. Sin embargo, se ha dado el primer paso, son alrededor de nueve estados los que ya iniciaron, a Sinaloa todavía no le llega.

¿Veremos que se haga realidad el uso transparente de los recursos financieros del sindicato para favorecer el interés de los trabajadores y no el bolsillo de sus dirigentes?

Históricamente han sido los dirigentes sindicales los amos y señores en gastar el dinero de los trabajadores no obstante que los estatutos sindicales, por disposición legal, tienen un capítulo que obliga a la rendición de cuentas. Nunca se ha cumplido y tampoco se han sancionado.

Por muchos años prevaleció como política gubernamental, que para constituir un sindicato era suficiente que se afiliara a la Confederación de Trabajadores de México (C.T.M.), para que el registro solicitado se hiciera realidad. Las agrupaciones solicitantes que no lo hacían, se les negaba el registro y muy pocos fueron los que a través del amparo lograron obtener su registro.

El control político sindical de la CTM fue efectivo y obligatorio para los gobiernos federal y locales, hasta que el imperio sindical mexicano declinó, con la muerte de Fidel Velázquez.

La reforma laboral, cambia las reglas del juego sindical. Así como se reúnen para acordar la constitución de un sindicato, lo mismo tendrán que hacer para acordar emplazar a huelga al patrón y autorizar a la dirigencia sindical el proyecto de contrato colectivo que se habrá de celebrar y el convenio de revisión o el que se celebre para finalizar el conflicto colectivo o de la huelga.

Los trabajadores ejercerán el poder real en el sindicato, no será a través de la representación sindical como se había venido haciendo. La representación sindical como se previó en la ley reformada se envileció al grado de cometerse innumerables arbitrariedades en perjuicio de los trabajadores.

Hoy serán los trabajadores los que decidirán libre y abiertamente si un dirigente se reelige o no. ¿Ficción o realidad?

Esa representación legal, fue utilizada para extinguir contratos colectivos de trabajo y suprimir de los contenidos de dichos instrumentos colectivos prestaciones relevantes en favor de los trabajadores.

¿Es el inicio del despertar del sueño que nos describió la democracia sindical y la libre sindicalización de los trabajadores mexicanos?
¿Usted qué opina?


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