El Gobierno de Sinaloa se resiste a ceder y reconocer que la Ley de Educación Superior expedida por el Congreso local, es un adefesio legislativo que debe reformarse.
Miércoles 29 de marzo de 2023.
Los resultados legales hasta hoy parece que refrescan el universo rosalino. El Rector y la comunidad universitaria que lo apoya y reconoce su función, ha sido prudente en todo momento, pero firme en la defensa de la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
No ha sucedido lo mismo en las áreas del gobierno del Estado ya que continuamente despotrican contra la UAS y sus autoridades reflejando con esa actitud atropellada su desespero y frustración. El poder del Estado una vez más se ve arrinconado por una Universidad que hace de la lucha su estandarte y sus principios el lema de su existencia.
El llamado a la conciliación se mantiene firme por la Universidad Autónoma de Sinaloa, pero los que tienen el control político estatal se resisten a sumarse al dialogo y acabar de tajo el conflicto que distrae las funciones esenciales del Estado.
Se escuchan voces desafiantes tanto del Congreso como del Ejecutivo. Se resisten a reconocer que la defensa de la UAS tiene sustento jurídico y lo está demostrando. Pero tampoco es momento de cantar victoria por ninguna de las partes en el conflicto. Sin embargo, las voces que orientan al Ejecutivo lo quieren llevar hasta la sentencia definitiva, con el riesgo de que al final el muro no lo puedan derribar.
La solución es sencilla pero la soberbia es mucho más. Les impide reconocer que están siendo derrotados. La polvareda ciega y no permite ver que la vereda del dialogo está muy cerca y se les puede perder. Parece que el desafío del gobernante es la desestabilización educativa de la UAS. Se pueden tropezar.
Saben los señores del Gobierno que la UAS no permitirá que se afecte su autonomía. Se impondrá el respeto que le reconocen a quien dirige la Casa de Estudios Rosalina, por su dirección firme y la cohesión que tiene en su comunidad universitaria, una fuerza que acompañará hasta el final.
Que lamentable que un personaje identificado con ideales y de principios arraigados en la doctrina política en la que se formó, y que hoy no se le vean esos rasgos de coraje y pundonor como aquellos que demostró en la defensa de la Universidad de su tiempo.
En la UAS hay historia. Pero ahora le toca escribirla a otra generación de universitarios, con ideas progresistas e inspiradas en doctrinas educativas de calidad. La política del chantaje y la corrupción quedó sepultada en un pasado que no volverá a la Universidad de nuestros días. Que hay que introducir reformas, nadie las rechazará, pero ninguna que atente contra la autonomía de la UAS.
Cesen las provocaciones, no es con la amenaza reiterada lo que intimidará la defensa de la Universidad Autónoma de Sinaloa y la autonomía que le fue otorgada. Por más torbellinos que provoquen y levanten las más crueles tolvaneras, la defensa será firme y se llevará hasta las últimas consecuencias.
Ninguna persecución será suficiente para dejar la defensa iniciada ante una ley viciada de ilegalidad, porque ahora se ha recurrido a la Fiscalía General del Estado para iniciar investigaciones contra trabajadores de la UAS fundándose en disposiciones a todas luces atentatorias a la naturaleza jurídica de la ley que rige a las relaciones laborales de los trabajadores al servicio de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y a la Auditoría Superior del Estado que en tono amenazante quieren amedrentar violentando procedimientos al margen de la ley. Arbitrariedad que también se les revertirá.
Hoy son las suspensiones definitivas después serán las sentencias que otorguen el amparo y protección de la justicia federal contra disposiciones inconstitucionales que derivan de una Ley atentatoria a la autonomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa, expedida por un Congreso fiel a doctrinas autoritarias y dictatoriales. La UAS no se toca y su autonomía se respeta.
¿Usted qué opina?
