¿Discurso mediático la campaña de moralidad y anticorrupción presumiblemente impulsada por el Presidente?
Miércoles 21 de septiembre de 2022.
Un tema que se ha puesto en las páginas de análisis políticos es el relacionado con Américo Villarreal.
El Gobernador electo de Tamaulipas. Un personaje que se encuentra en la lupa del periodismo de investigación señalándolo como sospechoso por probables vínculos con personajes relacionados con la delincuencia organizada del narcotráfico.
Aunque no es un asunto reciente, ya que ha sido señalado desde que fue propuesto por Morena y sus satélites acompañantes el PVEM y el PT como candidato a la gubernatura del Estado de Tamaulipas.
El gobierno federal es el que tiene los instrumentos para indagar si un personaje de la política o cualquier ciudadano, tiene relaciones sospechosas y vigilar sus movimientos financieros y si estos corresponden o no a los ingresos lícitos que obtiene por su desempeño en los cargos de elección popular o gubernamentales en su caso.
Si hay filtración de información presumiblemente por un gobierno extranjero, no es un asunto que deba distraernos ya que quien está obligado a darnos la certeza de si un político participante en una campaña electoral es señalado con nexos con el narco, no solo deber ser investigado sino apresado para escarmiento nacional. Es una cuestión del deber gubernamental y de moralidad política.
Quedarse callados o no hacer nada es seguir fomentando lo que desde hace mucho se viene solapando.
Sacar a la luz un asunto tan delicado como el que un candidato tenga nexos con delincuentes, no es un señalamiento cualquiera y tampoco sería creíble que esa indicación sea con el ánimo de desacreditarlo. El señalamiento al parecer está fundado y su cómplice está plenamente identificado como miembro de la delincuencia organizada.
También quedó salpicado un Senador más de Morena, José Narro, que se identifica con los señalamientos contra ese presunto narcotraficante y Américo Villarreal. Que mal que sigan persistiendo ahora como en el pasado políticos que empañan su profesión al estar ligados con personajes que mucho daño han hecho a la Nación. El tráfico de enervantes, armas y el lavado de dinero.
El País se militariza, pero también se duda de la honorabilidad de algunos personajes de la política que asumirán cargos en gubernaturas.
Tamaulipas es un caso. Quizá el Presidente ya lo perdonó y lo justificó diciendo en sus mañaneras que esos infundios son producto de los opositores partidistas que quieren que el País siga maniatado a los grupos del poder corruptor como en el pasado.
La sociedad seguirá callada, le pongan o le impongan al que sea. El maleficio de Tamaulipas arrastra otros males. Hijos de gobernadores morenistas se han apuntado para negociar contratos con el nuevo gobierno tamaulipeco. Pronto sabremos quienes serán.
El País se hunde en la inseguridad. Enfrentamientos y muertes por todos lados. Los criminales no son combatidos, actúan con libertad y total impunidad. Si arriban a los gobiernos estatales personajes como Américo Villarreal y con él colaboradores que no serán tan limpios para ejercer los cargos públicos, como en los de seguridad y procuración de justicia, seguiremos hundiéndonos en el pantano de la corrupción.
¿Usted qué opina?